En tí está el bien y todo lo demás En tus ojos verdes y en tu piel y en eso que llaman alma la tuya y en tu forma y en tus maneras las de amar las de besar de tu ir y venir de cómo me miras y me abrazas De cómo me desvanezco de cómo te fundes en mí y cómo de nuestros seres haces uno De la forma en que vives de como me vives y te vives y te bebes y me bebes y lo viertes y luego nos bebemos y nos vivimos Por todo eso el bien y todo lo demás en tí está
Estoy buscando mis juguetes desde hace mucho tiempo, pero no los encuentro por ningún lado…
y me acordé en especial de algunos:
-Dos cochecitos de plástico con sus llantas muy bonitas y espejos laterales sobre las defensas y toda la cosa. Parecían de a deveras.
Convertibles además y de dos plazas.
Uno era azul cielo, un Fordsito ’54 como el que tuvo Juan, mi hermano mayor. El otro era rojo; no no, más bien guinda. Un Pontiac; preciosos los dos-.
Entones fui a preguntarle a Marga mi hermana, pero no estaba: se había ido ya…
Después recordé que a mi Papá y a Juan jamás se me ocurrió preguntarles por ellos, y además ya se habian ido también…
La única que me quedaba era mi hermana Tere, y le dije: -¿oye Tere, dónde quedarían mis juguetes de cuando era niño?- y ella me dijo: – Uy hermanito, ya pasaron tantísimos años que ni me acuerdo…
Desilusionado me senté en la banqueta mirando hacia el cielo… pensando en dónde habrían quedado entonces;
…y tu Mami, le pregunté en voz alta, ¿te los llevarías cuando te fuiste?