Parece que ha pasado la tormenta,
no escucho el estertor del cielo; de mi cielo interno
Quedo pasmado,
todo está en calma y no lo creo
Ya percibo los ruidos de la calle desde mi cama
Escucho el ladrar de un perro
desde la media calle hasta que dobla la esquina;
oigo que se aleja suavemente su sonido…
Se acerca ahora a mis sentidos el run run de los camiones de la avenida y las voces de la gente que pasa;
me pegan en la cabeza los pasos de los que van sin hablar
Regreso a mí y todo está en calma, y no lo creo
ya no tengo miedo… por fin
Siento mi corazón a flor de piel, casi se me sale,
¡y ya no tengo miedo!
ya no está ni entumecido ni duro
Entonces me digo, solo era una humareda que lo envolvía,
que no lo dejaba latir en libertad
por eso sentía miedo
De un latido fuerte de felicidad, el humo envidioso le hacía detener su impulso
de a poco iba latiendo menos,
a veces ni siquiera me enteraba
¡Entonces no era mi corazón el retorcido!,
si él sabe latir fuerte,
y lo siento ahora así, como es; fuerte
contento y en paz
Lisemelino
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